lunes, 8 de marzo de 2010

Rutina

La monotonía es aburrida. Es obvio. Llega un momento en el que todo te cansa, y a todas horas sientes eso que últimamente está tan de moda, el "dejà vu". Todos los días las mismas preguntas, todos los días las mismas respuestas. Siempre los mismos comentarios. Y, otra vez, vuelta a empezar.

Sinceramente, no sé porqué escribo esto. En realidad no creo que sea así. Cada día es diferente, y cada día me sorprende. Siempre hay algo o alguien que hacen que el día haya valido la pena, y mucho. Una sonrisa, un "Buenos días", una carcajada, y una mirada valen mucho si sabemos apreciarlos como es debido.

¡Oh querida bipolaridad!: me haces odiar y al mismo tiempo adorar a la misma persona, me haces pensar que algunos días son una mierda, al mismo tiempo que me río en la cama al recordar algo que me ha ocurrido ese mismo día, me pones triste porque pienso que todo me va mal y al mismo tiempo me recuerdas lo afortunada que soy...

Bueno, y otra vez la monotonía me vuelve a pegar en la cara: otra tarde más ha pasado, y no he hecho lo que pensaba hacer... Pero bueno, es lo que hay. Cada vez es más absurdo planear las cosas: nunca salen como pensabas. La vagueza parece haberse instalado en mí. Ya sabía yo que pasar las horas tirada en una silla de escritorio mirando la pared no podía ser bueno...

Y esta rutina, que a veces me parece odiosa, sé que algún día la echaré de menos, y mucho. Los amaneceres, el frío, los horarios, las ojeras... qué difícil será cuando no me acompañen.

Aprendamos a valorar las cosas. Aprendamos a encontrar lo bueno, y a ignorar lo malo.

La vida es así. Nosotros somos así. ¿ Qué hacemos con este  cúmulo de emociones (muchas veces contradictorias entre sí) que huyen a la razón?

P.D. : Otra vez igual, no he escrito sobre lo que llevo días queriendo escribir. ¿Tal vez mañana?