Paseo con sorpresa
Hace un par de días fuimos a dar una vuelta a la playa por la noche. Allí, nos encontramos a unos amigos que todos los años montan una parada en el mercadillo artesanal que hay en el paseo marítimo. Fuimos a saludarlos y estuvimos un rato hablando con ellos. Por ahí había un niño que no paraba de corretear, y que iba con los feriantes de la parada de al lado. Al poco de decirle nada, ya lo tenía sentado en mis brazos, sin parar de hablar, pero por desgracia, cosas incomprensibles. Nuestra amiga nos dijo que había llegado ese mismo día de Italia, y que los veranos solía pasarlos aquí, con sus tíos.
Era encantador y adorable y desprendía una simpatía poco usual, que dejaba prendada a la persona con la que trataba. Se apoderó de una pistola de agua que tenía uno de mis hermanos y se puso a jugar con nosotros. Yo que llevaba encima la cámara de fotos no pude resistirme a hacerle una, y él, cuando la vio, me decía "buona foto, buona foto..." y posaba para que le hiciera más.
Encontrarme con esta personita me alegro el día, si ninguna duda. Sus abrazos eran reparadores, su sonrisa mágica y sus ojos estrellitas.
"A domani" le dije, y él asintió con la cabeza y se despidió con su manita.
No hay comentarios:
Publicar un comentario